Capitulo 13: “Mi amiga Silvia Goyeneche y mi Tía Lila”

Un día, mi amiga Silvia, peleadora por principio, mal hablá y vestida siempre con sus jeans sucios, el pelo, todo desordenado, iba a pegarle a mi prima, Mariluz, hija menor de mi tía Lila, sin ninguna causa.

Mariluz lloraba, y lloraba, temblando en las faldas de la tía Lila y gritaba:

“Mamá Silvia me quiere pegar”.

Y Silvia, escondida detrás de un árbol, gritaba:

“Cuando quiero, te pego puh” “Cobarde, pegada a las faldas de la madre”.

  Mi tía que era tan pituca, le dijo:

“Mira chiquilla, atrévete a pegarle, atrévete”

“Claro que me atrevo, y qué me cuesta” respondió Silvia desde el árbol. Se acercó dando grandes zancadas, como cowboy, con decisión y le dio a Mariluz, un feroz tirón de mechas y volvió a su lugar de ataque, el árbol.

Mi tía no cabía en su indignación, que esa rota, fuera a pegarle a su linda hijita, Mariluz.

En tanto, Mariluz, gritaba como chancha: “Me pegó, me pegó”. “Ordinaria desfachatada”

Le gritó mi tía: “¡Voy a llamar a los carabineros!”

“Llámalos”, respondió Silvia con desenfado. Mi tía no cabía en su indignación. “Rotosa, mugrienta, que andas siempre con los mismos pantalones sucios, subiéndote a los árboles como los niños”,       “¡Te atreves, ante mi propia vista, a golpear a mi hija!” “Falta de respeto”, decía.

Mariluz iba vestida con su lindo vestido rosa, que mi tía con tanto sacrificio le había puesto un hermoso pasacintas rosa

A su hijita, que era rubiecita, finita, linda, le siguió gritando a Silvia toda clase de insultos a Silvia: “que no tenía madre, que la cuidara”

Ay, gritaba mi tía, pasándose la mano por la nariz, ¡si estuviera su padre, te daría una paliza!

Silvia gritó: “¡Ay, y si quiere, le pego otra vez!”

“¿Qué dices rota picante?”

“¡Jamás vas a poner tus manos mugrosas en mi hijita!”

“A ver, si eres tan valiente ahora, que esta su madre para protegerla” gritaba mi tía.

Silvia desafiante gritó: “¡Bah, para lo que me importa!” “Si quiero, le pego otra vez” dijo.

Mi tía lila, en el culmen de la ira gritó: “atrévete a pegarle otra vez, mugrienta atrévete”

Silvia, detrás del árbol gritó: “claro que me atrevo”

Y a la vista y paciencia de mi tía, avanzó a grandes y decididos pasos y empujó a Mariluz, y la botó al suelo, lleno de barro.

Mariluz pataleaba, con su lindo vestido rosa, todo embarrado y gritaba “¿Ves?, Me botó y ensucio mi vestido” y continuaba pataleando en el suelo.

 Entonces mi tía Lila, la levantó y dijo: “Mejor, vámonos mi hijita, sino esta rota, te va a seguir pegando” “no puede la gente decente, meterse con los rotos” y tomándola en brazos, se fue indignada.

 Silvia, detrás del árbol le gritó: “¡Vieja pituca!”

 Yo estaba atónita ante la osadía y grosería de mí amiga, su falta de respeto a mi tía y su falta de caridad hacia mi prima, que era más chica y no le había hecho nada. Estaba de simple espectadora, no podía hacer nada, era flaca, debilucha y Silvia, era lejos mejor para pegar que yo, ¿Qué podía hacer?

 Estaba muda, ante su conducta; sin palabras- “UF, MY GOD” Cuando se fue mi tía con MARILUZ, se volvió hacia mí, tan tranquila y me dijo: “¿Juguemos a las bolitas?”

 Yo cabizbaja, respondí: “Oye, eres una cobarde y una falta de respeto, ¿Qué te hizo mi prima, para que le pegaras así? ¿Por qué no te metes con las de tu porte?”

“¿Y por qué le faltaste el respeto así a mi tía?”

“¿Qué no te acuerdas que MARILUZ es mi prima y su mamá, es mi tía?”

"¿Cómo pudiste tratarlas así?” “¿Sin razón?”

 “Es que me caen mal”, respondió, insolente. “Me cargan las niñas ridículas, que andan pegadas a la falda de la mamá, que no se portan como niñas, sino como tontas, como guaguas”

“¿Y tu tía viste, cómo me insultó? – Ella me provocó”

Me enojé, ante su descaro y le dije bruscamente:

“Chao me voy a entrar, no quiero jugar contigo”Y me fui corriendo.

   Ella me gritó: “¡Oye, no porque me caigas bien tú, me tiene que caer bien toda tu familia!”

Yo no respondí pero antes de entrar le dije: "Me has avergonzado, te has comportado como una ordinaria"

“¡Mierda!” dijo, “Otro día sin poder jugar, por culpa de tu primita, yo pago el pato”

   Y se fue.