lunes, 10 de mayo de 2010

Capitulo 10: " Los inicios del Saint Gabriel English School"

1946, edad 6 años.

Pero no me acostumbre desde el principio cuando entre a kínder, no quería ir al colegio, quería quedarme en la casa, me costó salir, me asustaba la idea de relacionarme con otros niños. Después de todo, yo solo conocía mi vida de encierro en GORBEA y allí, yo no tenía amigos de mi edad, sólo adultos.

No sabía cómo me sentiría, si me acostumbraría, si tendría amigas, si las profesoras me gustarían, si me sentiría bien ahí.

En todas estas cosas iba pensando y cada vez avanzaba más lento.

Mi tía Marta, que era una familiar de mi mamá me llevó por 1º vez al colegio y durante todo el camino, me gritó:

“¡Apúrate niñita, que vamos a llegar tarde al colegio!, ¿Por qué caminas tan lento?”

Y yo iba pasando el dedo por las rejas que pillaba en el camino, caminando calmadamente tras ella.

Se volvió ella hacia mí, preguntando otra vez, “¿Por qué caminas tan lento?”

Y mi respuesta fue: “Claro, ¿usted cree que yo no necesito tiempo para pensar?”

Esta respuesta le causo tanta risa y dijo:

“¿Y qué vas a pensar tu, si tienes apenas 6 años?

Luego que me dejó, al fin en el colegio, ella cuando volvió se los contó a mis padres, para que se rieran.



Es curioso, pero esta frase dicha a los 6 años de edad, ha sido el deseo de toda mi vida.



“Tiempo para pensar”

“¡Quedó para mí, como un memorial, de toda mi existencia!



Luego me fui acostumbrando a mi colegio a tal punto, que no quería estar casi nunca en la casa. Solo para ver a mi nana María, probar sus exquisitas onces que siempre preparaba.

Mi hermana estudiaba en “MARIA INMACULADA”, un colegio de monjas, ya no nos veíamos tanto.

Para mí, haber estado en este colegio en mis primeros años, fue una cosa importante porque allí aprendí a amar el estudio, a no tener complejos sexuales, a ser libre, a sentirse valorada, porque siempre fui la mejor alumna y a entender la importancia del trato y del medio en el aprendizaje escolar.

Aprendí a tener amigas sencillas y sinceras. Y también buenos amigos. Aprendí un idioma nuevo, que me dio grandes ventajas en mi vida escolar. Aprendí a querer a mis profesoras y ellas a mí. Comprendí que yo también podía ser alegre, libre, sin temores, y a sentirme valorada.

Nunca olvidaré este colegio y siempre lo recuerdo como lo más bello de mi vida escolar.

“GRACIAS MISS FLORY, MISS XIMENA, MISS EILEEN. FUERON INOLVIDABLES”.



1 comentario:

  1. Que buen legado el dejar tu historia para los que te conocieron y una experiencia para los que no, me parece hermosa la forma simple y precisa de contar los detalles importantes que te hacen revivir la niñez, gracias por darse el tiempo y el amor de hacerlo, espero con ansias los siguientes capítulos!!!!

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