jueves, 29 de julio de 2010

CAPITULO 37: “Los Duvauchelle , los Impulsos”

Año: 1953, Edad: 13 años

   Cuando yo tenía 13 años, conocí a los hermanos Duvauchelle, actores, fundadores de la “Compañía de los 4” eran: Humberto, Hugo, Héctor Duvauchelle, que visitaban mi casa frecuentemente y nosotros la de ellos, nuestros padres eran amigos de sus padres.


    Esa fue la primera vez que unos artistas me orientaron en sentido que mi vocación era el arte.
   Fueron los primeros “impulsos”, que yo tuve en esa vocación, gracias a ellos, porque de mi papá solo oía solo críticas negativas hacia los artistas en general: que el arte no servía para nada, que eran unos muertos de hambre, que, eran todos homosexuales etc.

   Nunca permitió que yo estudiara ninguna carrera relacionada con arte.
    Los Duvauchelle admiraban todas las actividades artísticas que realizábamos en el Club, donde participaba también su hermana menor, que también es actriz hoy día; María Elena Duvauchelle.
    Ellos me entusiasmaron y elogiaban todas las iniciativas que yo tenía en el Club.

    Yo me acuerdo que en ese tiempo yo leía “El Peneca”, una revista muy entretenida y educativa que tenía de toda clase de series. Yo estaba muy impresionada con una serie que se llamaba “Teresa, la hija del Mar”, donde ella pasaba por toda clase de aventuras, de las cuales resultaba herida gravemente. Yo me sabía de memoria los diálogos de los personajes y los representaba en forma dramática y como era la única actriz en la obra hacía todos los personajes.

   Los 3 actores, Carmen, Jaime Montecinos y mi hermana se sentaban como en platea, a ver la actuación de “Teresa, la hija del Mar”. Mi “público” se reían hasta llorar y aplaudían a rabiar. Ellos gozaban viendo los esfuerzos que yo hacía para representar a uno y otro personaje, los cambios de voz y vestimenta, al mismo tiempo el dramatismo exagerado de la heroína, muriendo en los brazos de su amado, las fogosas escenas de amor con los ojos blancos etc.

   Al finalizar la obra, yo hacía una reverencia y ellos gritaban y aplaudían con mucho entusiasmo; ¡bravo, bravo! gritaba Humberto Duvauchelle: ¡Ha nacido una estrella!
 Hugo decía que estudiara Teatro, que tenía gran facilidad para recordar los diálogos textualmente, ¡que eso era admirable!

 Héctor, me abrazaba y me decía:
  
Tienes pasta para el arte” “niña, ¡estudia arte!”
 “¡Tienes tanta imaginación, que podrías hasta ser escritora!”
 “¡Alicia, tienes una hermana con mucho talento!”
 “Eso lo sé, decía Alicia, díselo a mi papá”
   Jaime (el Rola-rola) decía: “ Ay qué ñoco, como el tío no la va a impulsar si esa es su vena!”
   Y Carmen no paraba de reír y hasta lloraba de la risa por mi obra.

    Ellos fueron los “Primeros impulsos Artísticos” que yo recibí en mi vida de los Duvauchelle.
   Yo les agradezco mucho sus opiniones porque ellos eran profesionales que me orientaron y me animaron a tener confianza en mis aptitudes.

  
GRACIAS AMIGOS, POR SU ÁNIMO”




Mis amigos Duvauchelle

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